
...Una melodía inquieta rebota en las montañas, como si quisiera contarle su secreto más intimo, con un silvido deja fluir su susurro , de que la vida es dulce y que el tiempo cura los besos guardados, que el silencio es importante tanto como las lloviznas y cascadas....
y en un vaivén de sensaciones cálidas, con las nostalgias del otoño... en tiempos solitarios... en tiempos añorados... en tiempos... en que necesito tu respiro, tu mirada... el tendrá las respuestas de los senderos que buscamos, con mensajes de cóndores y visiones de águilas... y así otra vez más llegará jugando con los sonidos y desapareciendo en las mañanas...
y así partió, estará en los ojos y en las canciones de Omar, quizás él también recuerde con alegría sus nostalgias, en lugares lejanos o cercanos con un mate y una guitarra, acompañando su mirada de lágrimas y recuerdos en las montañas...
Soy un nabo, escribí el comentario en el post anterior, igual se puede relacionar.
ResponderEliminarLA NIÑA QUE SABIA DIBUJAR EL MUNDO (FRAGMENTO)
ResponderEliminarAquella ciudad era muy pobre.
Aquella ciudad era tan pobre que no tenía ni un solo día.
Todo su caudal se componía de noches y de noches.
Aquella ciudad estaba muerta.
Una vez, a la ciudad aquella llegó una niña.
Una niña que sabía dibujar el mundo.
Como la niña era buena se apiadó de aquella ciudad.
Y comenzó a dibujar las estrellas.
Dibujó millones y millones, sin cansarse.
Eran unas estrellas infantiles, igualitas a las que subieron al cielo.
Y estaban tan bien dibujadas que empezaron a brillar.
Después dibujó la luna.
Era una luna desganada y paseandera como la que suele enriquecer nuestras noches.
Lo mismo le debió parecer a la niña, pues tomando la luna entre las manos la levantó sobre aquella ciudad.
Después dibujó las casas.
Las hizo a su semejanza, es decir, modestas y tranquilas.
Si le dibujó un patio abierto a cada una fue para que el cielo las estuviera siempre gobernando.
Eran unas casas bajas y lisas y silenciosas como las que nos enseñan
a vivir y como las que nos enseñarán a morir.
Y estaban tan bien dibujadas que empezaron a contentarse, despacito.
Después dibujó las calles.
Eran unas calles largas y rectas como el mástil de la guitarra.
Si las hizo iguales fue para que ninguna abarcara más dicha ni más pena
que las otras y para que el atardecer tuviera la misma intensidady la misma latitud en todas ellas.
Eran unas calles como las que conoce nuestra felicidad monótona y vagabunda.
Y estaban tan bien dibujadas que empezaron a entristecerse despacito.
Después dibujó las vidas de los hombres y de las mujeres.
Dibujó muchachos como nosotros y muchachas como la novia de cada uno de nosotros.
Eran humanidades sencillas y mansas, con la docilidad del agua
y también con su hondura luminosa.
Humanidades como las de todos los que, ahora y aquí, coincidimos
en un momento de vida y de voluntad de vida.
Y estaban tan bien dibujadas que empezaron a morirse, despacito.
(F. Luis Bernardez)
hermoso amiga!
ResponderEliminarsaludos
HOLA MUNAY COMO ESTAS, HACE MUCHO QUE NO PASABA POR AQUI, Y NI SIQUIERA POR MI BLOG PASABA, EN FIN... AQUI ESTOY, VIENDO MUCHAS COSAS EN TU PAGINA, MUY BUNAS LA VERDAD!!!!
ResponderEliminarBUENO ME VOY YA NOS VEREMOS ALGUN DIA, HASTA PRONTO QUE ESTES BIEN, SUERTE
UN ABRASO
Genial mujer! tus dibujos son hermosos... le relagaste uno a lisandro?? jaja... Hermoso el blog, gracias por pasar por el mio, siempre devuelvo la visita. Un abrazo.
ResponderEliminarllevame al monte!
ResponderEliminarbuenísimismi
el texto es hermoso
aguasin